jueves, 20 de mayo de 2010

Si Simbad levantara la cabeza...

El documental "Voces contra la globalización: el sueño de Simbad" abre prácticamente con un discurso paralelístico en el que se alternan desde el comentario progre: "no podemos quedarnos en casa, hay que viajar para ganarse la vida...viajar es riqueza" al testimonio de "no encuentro trabajo aquí, por eso emigro...", y continuado ad nauseam hasta el punto de fusionarlos y hacer creer en el espectador la falacia de "emigro desesperadamente para sobrevivir" bajo la bucólica estampa de la recurrente escena de fronteras valladas con espinos que impiden la realización del "sueño europeo" para los africanos...

Del título poco hay que decir. "Simbad viaja y eso le genera riqueza, habla con los extranjeros y eso es nuevamente riqueza... por tanto, los pobres inmigrantes viajan para conseguir riquezas...". Razonamiento que me suena a una fundamentación forzada de la que deberíamos revisar varios aspectos: Primeramente la historia de Simbad y su modelo no es historia ni fuente primaria de experiencia, sino un relato fabuloso de las Mil y una noches, inspirado en la Odisea de Homero... y si además estudiásemos el contexto histórico en el que ambos relatos se dan, creo que hubiera sido más oportuno apelar a la experiencia de Marco Polo.

Se trata de un documental fundamentado por las falacias de un "gorro rojo" que articula el discurso narrativo "perro-flauta" desde una solidaridad vomitiva e ignorante para remover, o quizás calmar, sus propias consciencias capitalistas. Dan pena.



Incluyo el testimonio escalofriante y desgarrador del lumbreras perro-flauta de turno: "una persona sin papel que trabaja, es una persona que no se puede sindicar, ni quejarse de sus condiciones de trabajo.. Y eso paradójicamente es lo que la industria necesita". Varias aclaraciones: la industria no necesita trabajadores irregularizados, sino trabajadores. y al margen de lo que se puedan aprovechar en términos de explotación por la situación de la que provienen, cuando emigras, SIEMPRE, estás en estado de desfavor y mucho menos creo que tengas ganas de criticar, respaldado bajo ningún sindicato, las condiciones laborales si estas son mejores que en tu país de origen. ¿Quién muerde la mano que le da de comer, sino se trata de "un pobre harto de pan"?

En mi casa siempre hemos sido emigrantes e inmigrantes, y nos hemos identificado mayoritariamente con el pasaporte sellado frente a las instituciones competentes del momento. Sin embargo, nunca hemos exigido nada a los gobiernos, ni casas gratuitas, ni una regularización obligada cuando no cumplíamos los requisitos, ni hemos esperado que nos acogiesen con los brazos abiertos, ni que se nos reconozca ningún estatus de preferencia por el hecho de hacer lo que tantos millones de personas hacen en definitiva: salir de sus casas para buscar trabajo. Es más, siempre hemos procurado salir a buscar trabajo con la regularización necesaria, e incluso teniendo que pagar por ello, para evitar mayores problemas.

No entiendo la solidaridad con aquel que no tiene papel, al que hay que facilitarle las cosas precisamente por no disponer de la documentación suficiente. Y menos aún la entiendo cuando simplemente pretenden remover conciencias apelando a los orígenes pobres de los que provienen y de la desesperación por trabajar "de lo que sea".

Nauseabundo razonamiento retorico de una misma falacia: una cosa es de donde vienen, otra lo que quieres hacer, y otra muy distinta es la documentación, para cuanto menos desplazarse en el trayecto al nuevo lugar de trabajo... Si por un casual salgo a la calle sin DNI, incurro en un delito de indocumentación aun habiendo nacido en este país. ¿Por qué al extranjero se le debe omitir esta ley? Si yo no encuentro trabajo, porque me explotan en una ETT, el sueldo no me da ni para comprar pan, y aún teniendo estudios superiores decido irme a... pongamos Bolivia. Pobre de mí como se me ocurra aparecer en el mostrador de inmigración boliviano sin el pasaporte en regla, o sin el permiso de trabajo acordado desde el lugar de origen... ¿por qué "mirar a otro lado" desde nuestros mostradores de inmigración para hacer "la vista gorda"? Y he puesto como ejemplo Bolivia, para ilustrar que igualmente existe otro pobre pensamiento falaz desde esta orilla: el que se resume en "si ya, pero quien va a querer ir a trabajar allí?"... porque para aquellos imbéciles ignorantes que nunca han sido inmigrantes en primera persona, existe la armoniosa idea de que los países pobres, por el hecho de ser pobres suelen facilitar el ingreso de inmigrantes, mientras que los ricos, avariciosos de su riqueza nacional impiden a los pobres su entrada en el mercado.

Afortunadamente, y puesto que "el mercado es liberal y cualquiera puede venir y vender..." nadie impide que vengan empresarios malienses, es decir, cualquier granjero de Mali con vistas empresariales y con un espíritu emprendedor, a montar una tienda en Madrid importando productos de su tierra... (Conozco indonesios que lo han hecho) ¿Cuál es el problema? ¿La burocracia y el papeleo con sanidad para fletar el cargamento? ¿o quizás el dinero?

¿Cuánto dinero se gastan en las mafias para montarse en la zodiac?.. Apuesto que tanto o más que pagar las tasas de inmigración, por lo pronto, y pillar un avión de bajo coste. Y sinceramente, las mafias tampoco son las causantes de este problema, sino los responsables de aprovecharse de una oportunidad de mercado creciente. ¿Por qué nadie critica a la causa real del problema?: Las políticas gubernamentales de desarrollo regional.

Todos conocemos la masiva inmigración procedente de China a la que por el simple hecho de ser chino (y no indonesio) se le permiten ciertas ventajas fiscales y exención de impuestos; dicho sea de paso, una política, en este caso del gobierno local, que favorece una inmigración determinada y excluyente: En última instancia, la causa y solución del problema.

Personalmente me parece más grave favorecer únicamente a los chinos y excluir de esta política a los subsaharianos, por ejemplo. Quizás así lo tendrían también más fácil para abrir sus propios negocios en nuestro país, y buscarse así la vida... Aunque no es necesario que detalle que favorecer política y económicamente una a una las diferentes nacionalidades del planeta, no resolvería tampoco el problema de raíz. Puesto que la solución no erradica en la solidaridad con unos pueblos o con otros para conceder créditos, sino en el desarrollo y creación de empleo local en África para favorecer la movilidad dentro del propio país, frenar la emigración desesperada y desmedida, e incluso favorecer la inmigración (que también crearía riqueza local allí)



Sin embargo, ni ellos ni nosotros lo hacemos así: Yo mismo, una persona de a pie, con pasaporte local, tengo igualmente demasiadas dificultades (más incluso que los chinos) para conseguir abrir una franquicia... traducción: la política de este gobierno, como de otros tantos, favorece la "fuga de cerebros" de la que tanto se quejan en el documental, con un agravante más drástico aún si cabe. A mí, me pondrán igualmente dificultades en cualquier frontera para abrir un negocio en...Panamá, siendo español, que a los chinos en España... por conclusión lógica, emigraré a aquel país que me facilite las cosas, o al menos no me ponga tantas pegas para abrir un negocio.

Así pues, no es el desierto el que gana a la población de Marruecos, son los propios jóvenes los que emigran y no precisamente aterrados por el avance de las sequías, sino por las condiciones laborales nacionales. ¿Soluciones? ¿Reducir la emisión de co2 a la atmosfera en un intento de retener el avance del desierto? ¿O quizás reorganizar la política laboral marroquí? que pregunten en el Estado de Texas o Nevada si el desierto es un impedimento al desarrollo de la actividad económica.